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Empresas y derechos humanos: una perspectiva desde Colombia

 Wednesday, 27 January 2021 12:38

Traducción por Lorena Muñoz Carmona

Juan Andrés Cano en la ceremonia de entrega del Premio Business for Peace en 2015
Abogado de derechos humanos y ganador del premio Business for Peace en 2015, Juan Andrés Cano, ha dedicado su carrera a entender el impacto del sector privado en los derechos humanos. El fundador de PeaceStartup y Business and Human Rights y CEO de Semilla, destaca la importancia de crear alianzas entre ONGs, gobiernos y el sector privado para proteger los derechos humanos. Iniciativas como esta demuestran que otra manera de hacer negocios es posible.Esta entrevista está disponible al completo en inglés en nuestro canal de Youtube

¿Cómo ha afectado la pandemia a su trabajo?

Estamos acostumbrados a usar nuevas tecnologías, porque trabajamos en distintas ciudades: Barcelona, París, Bogotá… En lo que se refiere al día a día, no hemos notado muchos cambios en este sentido. Los viajes de negocios están cancelados ahora mismo, pero eso es positivo de alguna manera porque nos permite pasar más tiempo en casa.

Hemos podido mantener a todo el equipo porque nuestro trabajo está conectado con muchas de las cuestiones que ha generado el covid como la innovación o el impacto. El covid está siendo una especie de “experimento” para nuestras actividades. Anteriormente no habíamos trabajado directamente con temas de salud, pero siempre hemos trabajado con temas de cambio climático, desigualdad social, etc. En ese sentido nuestro trabajo sigue siendo el mismo.

¿Podría hablarnos del trabajo que realizan cada una de estas empresas?

La primera que me gustaría mencionar es Business & Human Rights. Se trata de una consultoría basada en España donde trabajamos con las empresas del Ibex 35 para comprender cómo sus actividades impactan los derechos humanos. Este impacto no siempre es evidente, especialmente para empresas europeas. Hace falta una perspectiva global para entender esta conexión.

Como resultado de la colaboración entre el sector privado, ONGs y el Estado para entender los impactos de las empresas en los derechos humanos, surgió PeaceStartup. Un vehículo para promover la colaboración entre estos actores, pero esta vez con una perspectiva local.

Finalmente, Semilla, con sede en Latinoamérica, se encarga de la gestión de activos y la recaudación de fondos para fomentar el crecimiento en la región. Trabajamos dentro del espacio de la inversión de impacto y de los ODS.

¿Puede hablarnos sobre la plataforma Better Together (“Mejor Juntos”) con la que colabora en respuesta a la pandemia?Este es un buen ejemplo de cómo es posible trabajar juntos. El objetivo de esta plataforma es entender cómo diferentes actores están realizando colaboraciones que mantienen a la comunidad en el centro de la conversación. Normalmente este tipo de plataformas tienen un enfoque de “arriba hacia abajo”. Pero queremos entender cómo generar este tipo de colaboraciones desde “abajo hacia arriba.”Queremos entender cómo todos estos actores están trabajando con las comunidades en respuesta al covid-19. Qué se está haciendo bien y cómo puede aplicarse en políticas públicas o en la actividad empresarial. Este es un momento clave para unirnos y entender qué es posible y cómo podemos hacer mejor las cosas.
PeaceStartup sobre el terreno

¿Qué espera que cambie después de esta pandemia, tanto global como localmente?

Esta pandemia está siendo un experimento que va a ayudar a los ciudadanos globales a entender que todos estamos conectados, y no solamente por una economía global. Estamos pendientes de lo que pasa en el resto del mundo. Nos preocupamos los unos por los otros y nos orgullecemos de los logros e iniciativas mutuas.El desarrollo sostenible, el medio ambiente, los derechos humanos, son asuntos globales. Tal vez esta sea una oportunidad para darnos cuenta de que necesitamos respuestas globales. En términos más específicos, vemos que esto es una oportunidad para que los inversores y el sector privado apuesten por inversiones sostenibles, asegurarse que los impactos están controlados, y que la solidez empresarial son parte de la estrategia de la empresa. Es una oportunidad para crear una nueva normalidad.

No todo el mundo habla sobre la conexión entre derechos humanos y empresas. ¿De dónde surge su interés por este tema y qué les diría a otros líderes empresariales sobre la importancia de la responsabilidad del sector privado durante la pandemia?

Yo soy abogado. Estudié derecho porque a través de la ley podemos luchar por la justicia. Pero todo abogado sabe que esto es de alguna forma una falacia. El resultado de la ley no es siempre la justicia. Sin embargo, los derechos humanos ofrecen un enfoque normativo que tiene el potencial de ser global. Los derechos humanos son para todas las personas, pero en la realidad no todas las personas tienen sus derechos asegurados.

Los derechos humanos ofrecen muchas posibilidades. Surgen en defensa de los derechos de los ciudadanos frente al Estado. Pero no todas las violaciones de derechos humanos las causa el Estado, a veces son las empresas. Las empresas son uno de los principales actores económicos con impacto global. Pero ese impacto se puede entender y controlar. Para mí este campo dentro los derechos humanos es un espacio desde el que lograr justicia con un impacto global para todos aquellos en la cadena de valor.

Las empresas tienen la oportunidad de usar el sistema de derechos humanos como referencia global, como un mínimo moral y ético que mantener en todas sus actividades. Y esta perspectiva resuena con muchos líderes del sector privado precisamente porque no implica necesariamente una perspectiva legal. Cada país tiene distintas leyes: Colombia, México y Noruega, todos tienen distintos gobiernos. Los derechos humanos presentan un mínimo que siempre debería estar ahí, da igual el país. Y esto es una oportunidad de coherencia y de comunicación para las empresas, que independientemente del país, pueden decir “yo protejo la privacidad, yo protejo la vida, la salud de mis empleados, mis consumidores y en mi cadena de suministro.” Pero aún tenemos mucho camino que recorrer.

Por ejemplo, a mí me apasiona el mundo de la inversión. Los inversores son el motor de las compañías y tienen la posibilidad de influenciarlas, especialmente si comprenden que sus inversiones pueden impactar los derechos humanos. Los inversores deberían pensar que esta es una nueva economía basada en el acuerdo ecológico. Necesitamos un acuerdo ecológico y socialmente justo. O incluso un nuevo acuerdo ecológico de derechos humanos. Es una oportunidad para invertir sabiamente, pensando de forma local, y actuando de forma global.

¿Quieres colaborar con la iniciativa Better Together?

La plataforma Better Together (“Mejores Juntos”) quiere conocer tu historia. Si tu organización colabora con comunidades locales o conoces de alguna iniciativa local multi-actor que trabaje identificando las necesidades y prioridades de las comunidades, no dudes en ponerte en contacto.

La entrevista al completo está disponible en inglés aquí.